MIERDAS PUNK

Adrián del Ángel




ASÍ NACIERON LOS MIERDAS PUNK. Circulan varias leyendas, quién sabe cómo le pusieron el nombre a la banda. El Costras dice que él fue de los que iniciaron, comenta que le pusieron así porque había un morrito de siete años que se les pegaba mucho y le decían el Mierdita, otros güeyes dicen que todos estaban diciendo —¿Cómo le ponemos a la banda?—. Estaban que Los Vomitados, que Los Gargajos, que Los Gallos (por las crestas), que al último salió Mierdas Punks y que a todos les gustó y así se quedó. Otros dicen que porque iban a los tiraderos del Bordo de Xochiaca a pepenar basura, a buscar ropa vieja y cadenas, quién sabe... el hecho es que esta banda fue de las más grandes de Neza.

La formación de los Mierdas fue a principios de los 80s, eran doce güeyes —la primera de siete generaciones— que se juntaban en Los Reyes-La Paz, un municipio que está al final de Neza. Fue una onda bien rara porque no empezaron como punks, sino que antes oían grupos de blues, rock pesado, grupos jipis, y uno que otro de heavy metal. Después empezaron a leer sobre el Punk, luego escucharon su música y después ya se convencieron de esta onda. Al principio nadie se les acercaba, eran bien agresivos y producían terror. Hacían su propia ropa la cual sujetaban con seguros, se maquillaban la cara, tenían el pelo encrestado; todos le metían inventiva a su atuendo. Por aquel entonces eran todos bien Vicious, se cortaban y le hacían a la droga; era el juego de la autodestrucción. El rol de ese tiempo era, tal vez, de competencia: a ver qué banda eran más fachosa. No era tanto de exhibicionismo sino de convicción: si la sociedad me quiere destruir, no le voy a dar gusto, hasta yo mismo me destruyo.

Había tocadas, sobre todo en la colonia Agua Azul, en un tugurio que le decían El Cristal donde el grupo que tocaba era un espectáculo bien sacado de pedo: estaban cantando y empezaban a orinar a la gente, les escupían y la gente bien sacada de onda, ni siquiera respondía. Había grupos que nunca tocaron en público, siempre en su local de ensayo, ni siquiera grabaron nada, lo único que les queda son fotos.

En su apogeo llegaron a ser hasta 600 güeyes: El Patas, El Cuauhtémoc, El Robot , El Rafa Punk, El Telex, El Macharras, El Nueva Ola, El Fresa, El Gato, El Chapulín, El Berry, El Drup, Eva, La Coala, Ivonne, El Malo, El Quecos, El Tieso, El Chuchín, El Longa, El Loco, El Perro, El Chávez, El Momia, El Bola, El Rafa, El Iti, El Rápido, El Rana, El Verijas, El Caballo, El Tieso, El Podrido, entre otros; se dividían en sectores: Los Clínicos, Los Damnificados, Los Devaluados, Los Nazis, Los Vampiros, Los Caravana, Los Dementes, Sector Loco, Los Aguiluchos , Sector Carrilla, etc.

Yo tengo un concepto: las primeras grandes bandas punks fueron en realidad las últimas grandes bandas de la generación rocanrolera en México, porque después, todo en decadencia. Antes cada cuadra era una banda, incluso en cada esquina, algunas no tenían nombre nomás defendían el lugar.

Pablo Podrido Hernández

Trabajo que se desprende del documental Sábado de Mierda del Dir. Gregorio Rocha y Sarah Minter, una de las pioneras en el videoarte en México y de las pocas artistas visuales que se atrevieron a dar el rol por Neza cuando este territorio era una Mierda. Ella nos mostró la parte despierta de esta ciudad dormitorio. Tenías razón Sarah: Nadie es Inocente, todos vamos para allá.











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